El Oratorio cierra sus puertas hasta que la Iglesia decida sobre su gestión

El Consorcio del Bicentenario hizo ayer entrega de las llaves del templo al Obispado
PABLO-MANUEL DURIO CÁDIZ | ACTUALIZADO 29.12.2012 - 01:00
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Concierto que el miércoles ofreció la coral de la UCA dentro del ciclo 'En Clave de Navidad' y que fue el último de los actos de 2012 en el Oratorio.
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El Oratorio de San Felipe Neri, el emblema del Bicentenario de la Constitución y posiblemente el escenario más repetido en cuantos actos, eventos y celebraciones han tenido en la ciudad a lo largo de los últimos doce meses, ya ha vuelto a manos de la Iglesia gaditana, su legítimo propietario. Una vez finalizado el convenio de cesión del templo al Consorcio del Bicentenario para el año 2012, el gerente de dicha institución, Pedro Flores, firmó en el día de ayer el acta de entrega junto al vicario general de la diócesis, Guillermo Domínguez Leonsegui. 

Ahora, el edificio cerrará sus puertas hasta que el Obispado decida de qué manera se va a gestionar a partir de ahora este templo. Este cierre se espera que sea por poco tiempo, según anunciaba ayer el propio vicario general. Y es que ante la magnitud histórica, arquitectónica y cultural de San Felipe Neri, la Iglesia diocesana debe articular ahora la fórmula o el mecanismo más adecuado para su gestión y para compatibilizar el uso religioso propio de una iglesia con el turístico (derivado de las visitas que recibe por sus connotaciones históricas) y el cultural (como escenario de todo tipo de actos como los que se vienen celebrando en los últimos años). 

La gestión definitiva que tendrá este templo será abordada ahora por una comisión que se va a crear de la que formarán parte el rector del templo -a priori seguirá siendo Manuel de la Puente, que lo era hasta que el Oratorio cerró sus puertas-, el delegado diocesano para el diálogo Fe-Cultura, José María Bravo, y el delegado diocesano para el Patrimonio, David Gutiérrez. 

En este sentido, el Obispado indica que "no se descarta nada" sobre la fórmula de gestión por la que se optará. Y se insiste que la idea está "muy clara": que la Iglesia se abra al culto pero se compatibilice al máximo con actividades culturales. 

Pendientes de concretar esa gestión que permita abrir de nuevo las puertas del Oratorio de San Felipe Neri -aunque el vicario general aclara que aquellos actos que ya se habían incluido en la agenda del mes de enero se van a respetar-, el Obispado también encarará otro frente con relación a este inmueble. Tras realizar días atrás una visita técnica a fin de conocer el estado en el que se devuelve el templo, ahora hay que reclamar a la Junta -que es con quien se firmó el convenio para su rehabilitación integral- una serie de mejoras o de deficiencias que se hayan localizado. En este sentido, desde el Obispado se señalan dos principales observaciones para las que se pedirá solución; la primera de ellas es la iluminación del presbiterio, que se entiende escasa; y la segunda es la necesidad de proteger algunas zonas en las cubiertas de filtraciones y humedades, según han detectado los técnicos y arquitectos que han estado en el Oratorio.

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